jueves, 10 de enero de 2013

Carta a la Junta de Andalucía



Estimada señora María del Mar Moreno Ruíz:

Me presento ante Us. como un alumno de secundaria (de 2º de Bachillerato) de un pequeño pueblo de Almería, llamado Olula del Río. El motivo de mi carta no es otro que mi inconmensurable sorpresa al conocer el resultado de las concesiones de Becas y Ayudas del Estado (becas para estudiar/bachillerato) presentadas el pasado año 2012 para el presente curso escolar.

No cabe en mí el desconcierto creado cuando descubría hace bien poco los resultados en lo referente a la “Beca 6000” de la cual su consejería (Consejería de Educación de la Junta de Andalucía) es responsable. Y bien, estos resultados llevan cuanto menos a la duda sobre los métodos de beneplácitos para su dación, que, dejando mucho que desear no solo son propensos a no aportar ayuda alguna a familias económicamente insuficientes que lo necesitan, sino que además, son Uds. proclives a dotar de estas a aquellos que son gozosos de amplias situaciones de solvencia.

Créame, señora, cuando le afirmo mi rotunda tristeza al observar cada día como jóvenes de mi edad, exhaustos de estudiar para tratar de conseguir algún subsidio, son derrotados por la tenebrosa situación económica de la cual somos padecedores, y no sólo eso, sino que son, además, tendentes a creer (neciamente) que el gobierno Central o Uds. (en los cuales yo depositaba la totalidad de mi esperanza) podrían, en un acto de gratitud o fidelidad hacia los ciudadanos que han jurado servir (y de los cuales no lucrarse), tratar de aliviar la pesada carga a la que son sometidas aquellas familias que han de abonar la exorbitada cuantía que supone financiar una carrera universitaria a sus hijos. No obstante, Uds. se dedican a conceder becas y ayudas, si me permite la expresión, por arte de “birlibirloque”, atendiendo a motivos de renta  que, perfectamente, pueden ser modificados (a favor de estas familias no necesitadas) sin que Uds., que no dedican ni una inspección seria a este tema, se percaten lo más mínimo.

Todo ello a sus espaldas, señores del gobierno de la Junta, y permitido, asimismo, por Uds.

Sepan que esta carta no es una queja, no es una presentación de recurso, no es una denuncia social y ni tan siquiera una reclamación, sino un llamamiento a la cordura, señores. Este escrito es más que una petición (de tantas, imagino) para que sean Uds. de una vez conscientes de las nimiedades que son capaces de cometer, abandonando así su labor natural como institución, contra las familias de rentas bajas e ignorándolas, y premiando a los defraudadores y acomodados burgueses y empresarios.

Yo no gozo de una cuantiosa situación económica, pero tampoco consideraría imprescindible o indispensable una extensa ayuda suya, sin embargo, y esto es lo verdaderamente grimoso y desmoralizador, bien sabido es por Uds. que miles de estudiantes en Andalucía no podrán continuar sus estudios en las universidades por falta de dinero, dinero que no obstante y muy reprochablemente Uds. dedican a ineficaces empresas públicas, enormes sueldos, coches oficiales, comidas y demás banalidades, señores de la junta.

Y sepan que no es pretensión mía insultarles o ridiculizarles por sus actos, pero sí desearía fervientemente que me escucharan sus conciencias, que supieran que, por ejemplo, mi padre llevaba 30 años como trabajador autónomo, cotizando a Hacienda y pagando, pagando y pagando los numerosos impuestos municipales, autonómicos y estatales, cuando hace dos años presionado por las circunstancias financieras se vio obligado a ir a trabajar al extranjero, en el cual lleva dos años realizando su oficio.

De todos es sabido que parte de la financiación de la Junta de Andalucía (junto con las restantes CC.AA.), para la cual Uds. trabajan, es subvencionada por el Estado Central. Pues bien, ¿saben Uds. que mi padre, al igual que TODOS los españoles que trabajan en el extranjero, está obligado a pagar un impuesto (impuesto sobre la renta a los residentes en el extranjero)  por poder acceder al mundo laboral fuera de nuestra nación? ¿Y saben que parte de ese impuesto repercute directamente sobre las CC.AA. de las cuales Uds. forman parte? Y finalmente ¿Saben que sin ir más lejos, cuando finalice el presente año 2012, mi padre habrá contribuido por ese ineludible impuesto con una suma exorbitada a las arcas del Estado Español? Suma que, no obstante y sin más dilación, Uds. desperdician “a troche y moche” e incansablemente, año tras año.

Pero  incluso a pesar de esto, yo no deseo becas que sean moralmente dudosas, ni siquiera deseo la más mínima ayuda que ponga en duda mi integridad como persona y respetable ciudadano andaluz, tan sólo les pido, les exijo como uno más de sus habitantes, y apelando a su responsabilidad y justicia, que no sean raudos y ligeros a las hora de regalar ayudas, que han de hacer eso mismo, ayudar, y no premiar a aquellos que les sobra de todo (y son suficientemente inteligentes para engañarles) en detrimento de aquellos que no tienen de nada.

Sepan, además, que este ya es el segundo año consecutivo que me percato de estas irregularidades, que, lejos de ser subsanadas por su gobierno, son amplificadas.
Bien claro ha de quedar que esto no es un discurso político, ni una reclamación, pero es profundamente desalentador que Uds. que se hacen llamar “amigos de sus ciudadanos” no son ecuánimes para con nosotros, ni equitativos. Uds. cumplen las promesas de conceder becas, pero ¿cómo señores?, ¿de qué manera cumplen sus promesas?

Desde luego, no justamente. ¿No son Uds. capaces de tratar de reducir la enorme brecha que separa a familias pudientes de pobres (por muy duro que resulte decirlo)? Claro que lo son, son muy capaces, y nosotros, los ciudadanos que les votamos, los que depositamos esperanzas en Uds., somos continua y constantemente decepcionados con sus actos. Somos víctimas de sus contubernios, señores de la Junta.

Yo no demando nada para mí, pero les pido, les insto a que sean conscientes del enorme potencial de nuestra comunidad para reducir la brecha social, por medio de la educación y las becas, a través de JUSTAS medidas, de aportación de soluciones eficaces y concienzudas (esta es la palabra).

Les pido atención,  y espero Uds. sean capaces de remediar sus errores, sus resbalones y sus faltas, para que finalmente, y no a mucho tardar, todos, juntos, seamos capaces de aportar un verdadero proyecto común, viable y provechoso para nuestra eterna isla verde llamada Andalucía.
PD: Aguardo anhelante que Uds. tengan la enorme amabilidad y responsabilidad de contestar esta carta (y no como muy reprochablemente hicieron el pasado año, en el que no obtuve ni la más mísera respuesta a mi reclamación sobre la “Beca 6000” anteriormente mencionada). 

Confiando en su profesionalidad y quedando por mi parte abierto a cualquier argumento que quisieran exponerme, les dedica un cordial saludo:



                                    Enrique Martos Garrido